Valora a quien se queda contigo cuando no tienes nada
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En un mundo donde la apariencia y las posesiones suelen tener más valor que los sentimientos, hablar de amor verdadero parece un desafío. Vivimos tiempos donde muchos solo se acercan cuando las cosas van bien, cuando hay éxito, dinero o reconocimiento. Pero ¿quién está a tu lado cuando no tienes nada? ¿Quién se queda cuando el brillo se apaga y solo queda la fe como esperanza? Esa persona, esa mujer o ese hombre que te acompaña en tus peores momentos, merece ser valorado como un regalo de Dios.
Cuando el amor se prueba en la escasez
No cualquier persona va a estar contigo cuando no tengas ni un peso para comprar una botella de agua. No cualquiera va a estar ahí en tus peores momentos, cuando el mundo te da la espalda y tus fuerzas parecen agotarse. Pero hay amores que nacen en medio de la escasez, y se fortalecen en la prueba. Hay personas que Dios pone a nuestro lado no para los tiempos de abundancia, sino para los tiempos de desierto, donde se revela la verdadera fidelidad.
La Biblia enseña que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7). Esa es la clase de amor que no depende de circunstancias, sino que nace del corazón de Dios. Cuando alguien te ama de esa manera, no está contigo por lo que tienes, sino por lo que eres. Ese amor refleja el carácter de Cristo, quien nos amó aun cuando no merecíamos nada.
El valor de quien ora por ti
No todas las personas orarán por ti cuando te vean caer. Muchos se alejarán, otros se quedarán mirando, pero pocos doblarán sus rodillas para pedirle a Dios que te levante. Si tienes a alguien que ora por ti, que intercede cuando estás pasando por la tormenta, dale gracias a Dios. Esa persona no solo te ama a ti, sino que ama el propósito de Dios en tu vida.
Las Escrituras dicen: “Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero” (Eclesiastés 4:9-10). Quien ora contigo y por ti, quien te anima cuando no puedes más, es alguien que ha entendido el amor desde la perspectiva del Reino. El amor cristiano no busca interés personal, busca el bien eterno del otro.
El amor que permanece cuando todo falla
Las redes sociales, los lujos y las apariencias pueden mostrar relaciones perfectas, pero la realidad es otra. Muchos quieren estar cuando hay éxito, pero pocos cuando llega la ruina. Sin embargo, es en los momentos de mayor dolor donde se revelan los corazones verdaderos. Cuando todo lo demás se derrumba, la fe y el amor genuino permanecen firmes.
El apóstol Pablo escribió: “Aprendí a contentarme cualquiera que sea mi situación; sé vivir humildemente, y sé tener abundancia” (Filipenses 4:11-12). Esa enseñanza también se aplica a las relaciones. Quien te ama en los momentos de humildad, te amará también en los momentos de abundancia. No ama tu bolsillo, ama tu alma.
Cuando Dios une dos corazones
Cuando Dios une a dos personas, no las une por conveniencia, sino por propósito. Muchas veces, el amor verdadero nace en medio del dolor, cuando uno de los dos está quebrado, sin fuerzas, sin recursos. Y sin embargo, la otra persona no huye, sino que se queda, ora, apoya, consuela y levanta. Esa es la evidencia de un amor guiado por el Espíritu Santo.
Jesús dijo: “Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Marcos 10:9). Si Dios te ha dado a alguien que te ama en medio de tu proceso, cuídalo. No permitas que el orgullo o la ingratitud destruyan lo que el Señor te regaló. Porque hay personas que llegan solo una vez en la vida, y perderlas por descuido sería una necedad espiritual.
Cuando lo tengas todo, recuerda quién estuvo en la nada
Muchos sueñan con alcanzar metas, prosperar, tener éxito y vivir mejor. Y eso está bien, porque Dios desea bendecir a sus hijos. Pero cuando lleguen los días de abundancia, nunca olvides a quien estuvo contigo en la escasez. Cuando tengas todo, recuerda quién te acompañó cuando no tenías nada. Esa memoria humilde te mantendrá agradecido y sensible al amor genuino.
Jesús mismo mostró este principio cuando sanó a diez leprosos, pero solo uno volvió a darle gracias (Lucas 17:15-18). Muchos reciben bendiciones, pero pocos recuerdan el proceso. Si alguien te acompañó en tus noches de lágrimas, dale honra, porque estuvo contigo cuando otros te dieron la espalda.
El amor de Dios como modelo
El amor de Dios es el ejemplo perfecto de cómo debemos amar. Él no nos amó porque teníamos algo que ofrecerle; nos amó en nuestra pobreza espiritual. Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Ese es el amor que debemos reflejar en nuestras relaciones: un amor que permanece cuando el otro no tiene nada que dar, un amor que no abandona, un amor que espera y confía.
Cuando una persona te ama con ese amor, está manifestando el carácter de Cristo. No se fija en lo material, sino en lo eterno. Por eso, cuando encuentres a alguien que te acompaña en el proceso, que te ama aunque no tengas, que cree en ti cuando todo parece perdido, reconoce que estás viendo el amor de Dios reflejado en esa vida.
Las bendiciones nacen en la fidelidad
La fidelidad en los tiempos difíciles es semilla de grandes bendiciones. En la Biblia encontramos a hombres y mujeres que fueron fieles en medio de la escasez, y Dios los recompensó. Job lo perdió todo, pero no perdió su fe. Su esposa, aunque al principio se desanimó, fue testigo de cómo Dios restauró el doble de lo que había perdido. En Rut, encontramos una mujer que permaneció fiel a su suegra Noemí, y por esa fidelidad, Dios la llevó a ser parte del linaje de Jesús.
La fidelidad tiene recompensa. Cuando eres fiel en lo poco, Dios te pondrá sobre lo mucho (Mateo 25:21). Y lo mismo ocurre con las relaciones: cuando alguien es fiel en los días grises, merece estar contigo en los días de sol.
Valorar antes de perder
La ingratitud es una de las grandes causas de pérdida. Muchas veces, las personas no valoran lo que tienen hasta que ya no lo tienen. El enemigo sabe cómo sembrar descontento, distracción y orgullo para destruir relaciones que Dios formó con propósito. Pero la sabiduría consiste en reconocer el valor de quien camina contigo antes de que sea demasiado tarde.
Proverbios 18:22 dice: “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.” Quien encuentra una compañera o un compañero que le ama en el proceso, ha encontrado una bendición celestial. No todos tienen ese privilegio, y perderlo por descuido es perder una manifestación del amor de Dios en la tierra.
Cómo demostrar que valoras a quien te acompaña
- Ora por esa persona: La oración fortalece el vínculo y demuestra agradecimiento.
- Exprésale tu gratitud: No esperes tener mucho para dar gracias. Agradece con palabras, gestos y tiempo.
- Sé recíproco: Así como te apoyaron en tu debilidad, apoya cuando el otro necesite fuerza.
- No compares: Cada relación tiene su historia y su ritmo. Valora lo que Dios te dio.
- Mantén la humildad: Recuerda de dónde te sacó Dios, y quién estuvo ahí en ese proceso.
Dios recompensa el amor sincero
El amor sincero nunca pasa desapercibido para Dios. Aunque otros no lo vean, Él observa los corazones fieles, las lágrimas derramadas en oración, los sacrificios silenciosos. Jesús prometió que “tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público” (Mateo 6:6). Si has amado con sinceridad, si has permanecido fiel aun cuando no había razones humanas para hacerlo, confía: Dios recompensará tu fidelidad.
Conclusión: Valora el amor que permanece
Cuando la vida te golpee, cuando falte el dinero, cuando sientas que todo se derrumba, observa quién se queda. Quien te ama en tu desierto, te amará también en tu tierra prometida. Y cuando llegue la abundancia, no olvides a quien te acompañó en el valle.
Valora, cuida, honra y agradece. Porque el amor verdadero no se mide por regalos ni palabras bonitas, sino por presencia, apoyo y oración en los momentos más oscuros. Dios bendice a quienes aman con sinceridad y a quienes reconocen el valor de ese amor.
Así que si hoy tienes a tu lado a alguien que te ama sin importar tus circunstancias, agradece a Dios por esa vida. No esperes a perderla para entender su valor. Porque como dice la Palabra: “El amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:8).
❤️ Valora a quien se queda contigo cuando no tienes nada. Porque ese amor viene de Dios. ❤️
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.” — Proverbios 17:17
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