El Juicio | Sermón del Pastor Andrés Portes
Introducción: El Evangelio del Reino y el Fin
En el libro de Mateo, capítulo 24, versículo 14, el Señor Jesús declaró:
“Y será predicado este Evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Este poderoso versículo introduce una de las verdades más solemnes de las Escrituras: el juicio. Un tema que pocos quieren escuchar, pero que representa esperanza para quienes han aceptado a Cristo. El juicio no debe temerse si Cristo está en el corazón, pues Él intercede por nosotros ante el Padre.
¿Qué Significa el Juicio Según la Biblia?
Muchos ven el juicio como una amenaza, pero para el creyente, es una garantía de justicia divina. Cristo pagó el precio de nuestros pecados. Él es nuestro abogado y sumo sacerdote. Por lo tanto, el juicio es a nuestro favor cuando nuestra vida está en Cristo.
El Evangelio Será Predicado por Testimonio
El Evangelio no solo se predica con palabras, sino con la vida transformada de cada cristiano. Jesús dijo que el mensaje sería predicado como testimonio. Esa palabra clave – testimonio – implica experiencia, vivencia, evidencia de una vida cambiada por el poder del Espíritu Santo.
El Tiempo del Fin: Una Llamada de Alerta
El sermón destaca que vivimos en el tiempo del fin. Desde 1798 comenzó el tiempo profético del fin, y en 1844 se inició el juicio investigador, un evento celestial en el que se analizan las vidas de los que profesan fe en Cristo.
Estamos viviendo en una etapa de vida o muerte espiritual. Cada decisión cuenta, cada actitud nos pone en uno de dos grupos: los que serán salvos y los que no.
Las Parábolas del Tiempo del Fin
En Mateo capítulos 24 y 25, Jesús explicó señales y luego ilustró realidades espirituales con cinco parábolas conocidas como las parábolas del tiempo del fin:
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El ladrón en la noche: los que velan vs. los que no velan.
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El siervo fiel y el siervo malo.
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Las diez vírgenes: cinco prudentes y cinco insensatas.
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La parábola de los talentos: los que trabajan y los que no.
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Ovejas y cabritos: unos a la derecha y otros a la izquierda.
En todas estas historias, Cristo presenta solo dos grupos. No hay términos medios. O se está con Él, o contra Él.
La Obra del Espíritu Santo en el Juicio
En Juan 16:8, Jesús prometió que el Espíritu Santo convencería al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Esto indica que el juicio no es solo un acto celestial, sino una obra espiritual en cada creyente. El Espíritu nos prepara para ese gran día.
Cristo no dejó solos a sus discípulos. Envió al Consolador, el Espíritu Santo, para guiarlos a toda verdad. El juicio no es algo externo, sino una realidad presente en cada vida que se deja guiar por Dios.
Dos Grupos: ¿Ovejas o Cabritos?
Pedro también reafirma esta verdad en su primera carta, capítulo 4. Menciona que el juicio comenzará por la casa de Dios. No habla de los de afuera, sino de los que profesan fe.
Hay dos grupos definidos por sus frutos:
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Los que viven según la voluntad de Dios.
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Los que viven conforme a las concupiscencias de la carne.
¿Con cuál grupo te identificas tú? No es cuestión de asistir a una iglesia, sino de vivir conforme a la Palabra de Dios. Jesús dijo que pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. ¿Qué eres tú: oveja o cabrito?
El Perfil de los Cabritos
Pedro, en 1 Pedro 4:3-5, describe las obras de los que no viven conforme a Dios:
“Andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.”
Estas prácticas se parecen mucho a lo que hoy vemos en la sociedad: excesos, vicios, idolatría moderna. Y lo más preocupante es que muchas de estas conductas se encuentran dentro de quienes profesan ser creyentes. Cristo no habló de los grupos fuera de la iglesia, sino de los que están dentro.
El Perfil de las Ovejas
En contraste, los justos enfrentan dificultades por causa de su fe. En 1 Pedro 4:1-2 se lee:
“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado. Para no vivir el tiempo que resta en la carne conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.”
Las ovejas de Jesús viven por fe y para agradar a Dios, aun si eso les cuesta burlas, desprecio o persecución. Son hombres y mujeres transformados, apartados, consagrados a Dios.
El Juicio Investigador Está en Curso
En este momento, en el cielo se lleva a cabo el juicio investigador. No es una metáfora, es una realidad espiritual y celestial. Pedro dice en 1 Pedro 4:17:
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al Evangelio de Dios?”
No es tiempo de distracciones. No es tiempo de tibieza espiritual. Es tiempo de estar firmes, de arrepentirse, de vivir conforme a la voluntad del Señor.
¿Quién Está Preparado para el Juicio?
Cuando una persona tiene una cita legal ante un juez, se prepara. No va de forma descuidada. Cuánto más deberíamos prepararnos nosotros que tenemos una cita con el Juez del universo.
¿Está su vida en orden? ¿Está su nombre escrito en el libro de la vida? El juicio está en proceso. Jesús está intercediendo, pero pronto se cerrará la puerta de la gracia.
Una Decisión Ineludible
Cada persona debe decidir: ¿vivir para Dios o seguir en el pecado? El tiempo se acaba. Jesús pronto vendrá. El juicio pronto terminará. ¿Estás listo para el encuentro con tu Dios?
No hay excusas. No hay tiempo que perder. Cristo lo ha hecho todo por ti. Él murió, resucitó y ahora intercede. Solo pide que le entregues tu vida.
Conclusión: Vive Como Oveja, No Como Cabrito
Cristo busca ovejas que escuchen su voz, que le sigan, que vivan en obediencia. No busca multitudes confundidas, sino discípulos comprometidos. ¿Eres oveja o cabrito?
Recuerda:
“Y será predicado este Evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14)
La predicación final no es solo con palabras, sino con vidas transformadas. Que tu testimonio anuncie al mundo que Cristo viene, y que tú estás listo para ese gran día.
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