El ministerio invisible que hace posible la unidad global de la Iglesia Adventista
St. Louis, Missouri, EE.UU. | Julio de 2025
En un mundo donde las barreras lingüísticas muchas veces dividen, la Iglesia Adventista del Séptimo Día se convierte en un ejemplo vivo de cómo el lenguaje puede ser un puente y no una muralla. Durante la 62ª Sesión de la Asociación General celebrada en St. Louis, Missouri, un equipo de intérpretes ha demostrado que la misión de predicar el evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo es más que una declaración profética: es una realidad en constante construcción.
Ocho idiomas, una sola misión
Con más de 2,800 delegados representando a más de 200 países, la Sesión de la Asociación General es un evento global de trascendencia histórica. Las decisiones tomadas allí afectan directamente la vida de millones de adventistas en todo el mundo. Sin embargo, lo que muchas veces pasa desapercibido es que para que ese proceso funcione con fluidez, debe haber comprensión. Y para que haya comprensión, debe haber intérpretes.
Durante esta sesión, se ha brindado interpretación simultánea en ocho idiomas: español, francés, portugués, ruso, coreano, chino, alemán y rumano. Esto no solo facilita la participación de quienes no dominan el inglés, sino que garantiza que la visión, decisiones y debates de la iglesia mundial lleguen fielmente a cada rincón del planeta.
Más que palabras: un ministerio con propósito
“La labor del intérprete no es simplemente traducir palabras”, explica Roger Steves, coordinador general del equipo de traducción. “Es construir puentes entre culturas, idiomas y corazones. A través de la interpretación en tiempo real, cada delegado, sin importar su trasfondo, puede participar plenamente del cuerpo mundial de la iglesia”.
Este grupo de intérpretes, compuesto por 71 profesionales y voluntarios, trabaja en bloques de tres turnos diarios: mañana, tarde y noche. Se agrupan en equipos de dos para poder mantener la calidad en medio de una tarea que demanda alta concentración mental, preparación espiritual y resistencia física.
Voces que hacen la diferencia
César Efrén González, delegado desde Cuernavaca, México, expresa su agradecimiento por este ministerio. “No todos hablamos inglés. Gracias al trabajo de los intérpretes, puedo cumplir el propósito de estar aquí representando a mi asociación, y transmitir con fidelidad todo lo que sucede a mi iglesia local”.
Del mismo modo, Tiana Rabearison, originario de Madagascar y parte del equipo de interpretación al francés, ve esta labor como un llamado. “La traducción es un instrumento del Espíritu Santo para derribar muros. Estoy usando mi talento en favor de la misión global”, afirma.
Incluso visitantes como Eliud Román Juárez, pastor mexicano, resaltan que gracias a los intérpretes, los miembros que no pueden asistir a la sesión pueden estar informados sobre las decisiones y procesos de la iglesia.
Una maquinaria bien coordinada
El trabajo tras bastidores requiere no solo esfuerzo humano, sino coordinación técnica precisa. Steves agradeció especialmente a Karl y Sammy, técnicos de Radio Mundial Adventista, quienes gestionan todo el sistema de transmisión. “Si algo falla, ellos son los primeros en actuar y resolver”, comenta.
También resaltó la labor de Luci, su asistente, quien recopila guiones y materiales necesarios para que los intérpretes estén preparados para cada segmento.
Un caso particular que ilustra la entrega del equipo es el de Marius Andrei, el único intérprete rumano presente. Cubrió, solo, los tres turnos diarios durante toda la sesión. Su dedicación es un reflejo del espíritu de servicio que define este ministerio muchas veces invisible, pero profundamente esencial.
Rompiendo barreras para anunciar a Cristo
La interpretación simultánea es uno de los ministerios menos conocidos, pero más vitales dentro de la estructura de la iglesia mundial. No se trata únicamente de entender discursos; se trata de garantizar que todos los miembros, sin importar su lengua materna, puedan sentirse parte activa de una iglesia que funciona como un solo cuerpo.
En un evento donde se toman decisiones de alcance global, como cambios administrativos, votaciones doctrinales o reformas estructurales, cada voz cuenta. Y para que cada voz cuente, cada oído debe poder entender. Ese es el verdadero valor del intérprete: hacer posible la inclusión, fomentar la unidad y asegurar la participación de todos.
Interpretar para el tiempo del fin
La profecía bíblica nos habla de un evangelio que será predicado “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). Esa profecía no solo se cumple con misioneros y pastores; también se cumple con intérpretes que, detrás de un micrófono o en una cabina, permiten que el mensaje llegue sin distorsión a cada cultura.
Mientras los predicadores proclaman, los intérpretes amplifican el eco de la verdad. Mientras los líderes deliberan, los intérpretes aseguran que cada decisión se entienda. Ellos no solo traducen; ellos también predican.
Gratitud a los siervos invisibles
La Iglesia Adventista del Séptimo Día debe una profunda gratitud a aquellos que, con disciplina, humildad y preparación, prestan su voz para que otros escuchen. El reconocimiento público a estos obreros es más que justo: es necesario.
No hay púlpito más exigente que el de la interpretación simultánea. No hay congregación más diversa que la de una Sesión General. Y sin embargo, en medio del ruido, las diferencias y los idiomas, el mensaje sigue siendo claro: Jesús viene pronto.
Conclusión
El ministerio de la interpretación dentro de la Iglesia Adventista es un engranaje esencial para la unidad y la misión mundial. Lo que ocurre en un salón de sesiones en Missouri puede llegar con precisión a un pequeño grupo en Madagascar, una iglesia en México o una universidad en Sudamérica, gracias a la entrega silenciosa de hombres y mujeres que sirven con fidelidad.
Al valorar este ministerio, la iglesia reconoce que la proclamación del evangelio no es tarea de unos pocos, sino una misión compartida en la que cada talento cuenta. Los intérpretes son, sin duda, portadores de luz en múltiples idiomas, haciendo eco de la voz de Dios en los corazones de miles alrededor del mundo.

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