¿Existe el infierno? Una exploración bíblica del castigo final
Introducción
El concepto del infierno ha sido uno de los más debatidos y temidos a lo largo de la historia cristiana. ¿Es realmente un lugar de tormento eterno? ¿Qué dice la Biblia al respecto? A lo largo de este extenso estudio, analizaremos los pasajes clave, el contexto histórico de la palabra “infierno” y cómo la tradición ha influido en su interpretación. Este artículo busca ofrecer una visión bíblica, crítica y honesta sobre el destino final de los impíos, desmontando mitos comunes y aclarando malentendidos doctrinales.
El origen del concepto popular del infierno
La influencia del pensamiento pagano
El infierno, tal como se lo imagina comúnmente —un lugar subterráneo donde las almas son torturadas por la eternidad en fuego— tiene sus raíces no en la Biblia, sino en la filosofía griega y la literatura medieval. En particular, la "Divina Comedia" de Dante Alighieri popularizó una visión infernal que ha perdurado por siglos: un inframundo estructurado en círculos, donde los pecadores sufren según la gravedad de sus faltas.
¿Y la Biblia? Traducciones erróneas
Uno de los errores más comunes proviene de las traducciones bíblicas al español y otros idiomas modernos. Muchas veces, se traduce indistintamente como "infierno" tres términos griegos diferentes que aparecen en el Nuevo Testamento:
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Hades (el lugar de los muertos)
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Tártaro (usado una sola vez en 2 Pedro 2:4)
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Gehenna o Guehenna (el Valle de Hinom)
Esta confusión semántica ha alimentado la falsa creencia de que hay un lugar de castigo eterno e inmediato tras la muerte.
¿Qué es el “Gehenna”? Un basurero convertido en símbolo
El Valle de Hinom en la historia bíblica
El "Gehena" o "Gehenna" es una palabra transliterada del hebreo Gê Hinnôm, que se refiere al Valle de Hinom, un lugar real ubicado al suroeste de Jerusalén. En tiempos antiguos, este lugar fue escenario de sacrificios humanos a Moloc (2 Crónicas 28:3; 33:6), lo cual provocó la condena de los profetas (Jeremías 7:31).
Durante los tiempos de Jesús, este valle se había convertido en un basurero donde se quemaban desperdicios y cadáveres de animales. El fuego era constante y, en ocasiones, se arrojaban cuerpos de criminales no sepultados.
El uso simbólico por Jesús
Cristo utilizó la imagen del Gehenna para representar la destrucción final de los impíos, no un lugar de tormento eterno. Por ejemplo:
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Mateo 5:22: “será culpable del fuego del infierno (Gehenna)”
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Mateo 10:28: “temed a aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno (Gehenna)”
Note el verbo “destruir”, no “torturar”.
¿Cuándo serán castigados los impíos?
El juicio no ocurre inmediatamente después de la muerte
Contrario a la creencia popular, la Biblia enseña que el castigo de los impíos no ocurre al morir, sino después del juicio final. Esto se confirma en múltiples pasajes:
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Mateo 13:40-42: “Así será al fin del mundo… los echará en el horno de fuego”
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Apocalipsis 20:11-15: “Y fueron juzgados los muertos según sus obras… y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”
El fuego eterno es un evento escatológico, posterior a los mil años del reino de Cristo (Apocalipsis 20:6-9).
El “lago de fuego” y la “segunda muerte”
Apocalipsis describe el castigo final como la segunda muerte:
“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la segunda muerte” (Apocalipsis 20:14)
Aquí no se habla de vida eterna en tormento, sino de muerte eterna. Un ser que muere no sigue existiendo.
¿El fuego del infierno es eterno o destructivo?
¿Eterno significa sin fin?
Muchos malinterpretan el uso de términos como “fuego eterno” (Mateo 25:41) o “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 14:11). Pero es importante entender el lenguaje simbólico y hebreo detrás de estas expresiones.
Por ejemplo, Judas 1:7 dice que Sodoma y Gomorra fueron destruidas con “fuego eterno”. Sin embargo, no están ardiendo hoy. ¿Qué significa entonces “eterno”? Significa que su efecto es irreversible, no que el fuego sigue ardiendo.
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2 Pedro 2:6: “redujo a cenizas a Sodoma y Gomorra”
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Malaquías 4:1-3: “serán ceniza bajo la planta de vuestros pies”
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Romanos 6:23: “la paga del pecado es muerte”
El fuego arderá hasta cumplir su propósito: destruir, no mantener a las almas vivas por siempre.
Objeciones comunes respondidas
¿Qué significa “el gusano no muere y el fuego no se apaga”?
Esta frase aparece en Marcos 9:48. Muchos la usan como prueba de un tormento eterno. Pero Jesús está citando Isaías 66:24, donde se refiere a cadáveres, no almas vivientes. El gusano y el fuego simbolizan la completa destrucción de los rebeldes.
“El humo sube por los siglos”
Apocalipsis 14:11 es un texto simbólico en un libro simbólico. No puede tomarse literalmente sin contradicciones. Si lo hiciéramos, tendríamos que imaginar también langostas con cara humana (Apocalipsis 9:7-10).
¿Dónde estará el infierno?
El infierno no está en el centro de la Tierra
No hay base bíblica para decir que el infierno se encuentra bajo nuestros pies. Esta idea proviene de tradiciones mitológicas, no del texto sagrado. Más bien, la Tierra será purificada por fuego y luego recreada:
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2 Pedro 3:10-12: “los elementos serán deshechos… la Tierra y las obras serán quemadas”
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Apocalipsis 21:1: “vi un cielo nuevo y una Tierra nueva”
La destrucción del pecado será tan completa que la Tierra misma será restaurada como morada de los redimidos.
El verdadero castigo: la separación eterna de Dios
El castigo de los impíos no es un infierno ardiente por siempre, sino la pérdida eterna de la vida y comunión con Dios. La Biblia llama a esto “la segunda muerte”. En lugar de un tormento perpetuo, la Escritura enfatiza la justicia de Dios: cada uno será recompensado “según sus obras” (Romanos 2:6-8).
¿Por qué importa esta verdad?
Una visión distorsionada afecta la imagen de Dios
Creer en un Dios que mantiene vivas a las almas para torturarlas eternamente es aceptar una caricatura injusta. Esto ha llevado a millones al miedo o al ateísmo. Pero cuando comprendemos que el fuego eterno significa una destrucción definitiva, vemos a un Dios justo, que no se complace en la muerte del impío (Ezequiel 18:23).
La esperanza del evangelio
La buena noticia es que la vida eterna está en Cristo. No tenemos que temer al infierno si hemos creído en el evangelio:
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito… para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Conclusión
La Biblia no enseña un infierno como tormento eterno, sino una destrucción final y definitiva de los impíos al final del tiempo. Este castigo es justo, proporcional, y coherente con el carácter de un Dios de amor y justicia. Te invitamos a seguir explorando estos temas con un corazón abierto, comparando siempre doctrina con Escritura.
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